Para algunas personas, el físico y la belleza puede ser una prioridad; sin embargo, tarde o temprano terminan entendiendo que la vanidad no es lo más importante en sus vidas. Hoy te contaremos la historia de una chica que lo aprendió de la peor manera…
Se trata de Cheyann Clark, una modelo de fitness dedicada al deporte que pasó los primeros 23 años de su vida concentrándose en su cuerpo y su aspecto físico. Eso era lo único que le importaba.
Le encantaban los tatuajes y lucir su hermoso cuerpo en las redes sociales. Estaba muy acostumbrada a recibir piropos y cumplidos, pues ella sabía que era muy guapa y proyectaba una seguridad muy atractiva. Cheyann era muy segura de sí misma.
Esta hermosa modelo estaba tan ocupada y enfocada en su trabajo que sin pensar en las consecuencias, decidió automedicarse y empezó a tomar pastillas anticonceptivas, finalmente ¿Qué podría pasarle si solo eran pastillas? Cheyann se las tomó y a los pocos meses de la manera más sorpresiva y gracias a un dolor muy fuerte, se enteró que tenía un agresivo cáncer en el ovario.
Su enfermedad estaba bastante avanzada y por eso, debía empezar inmediatamente con la quimioterapia. De acuerdo con los estudios realizados a la chica, la causa de que ella desarrollara esta terrible enfermedad se debió a haberse automedicado, pues cuando una mujer toma las pastillas incorrectas y el cuerpo no las acepta, corre altos riesgos de desarrollar enfermedades y trastornos terribles.
La noticia fue demoledora, Cheyann tuvo que cambiar su vida para siempre. Debía dejar el deporte, debía mudarse con sus padres para que se encargaran de ella, dejó el trabajo y sus metas. El cáncer había transformado su vida de la noche a la mañana, pero aún no llegaba el cambio más fuerte, ese que le pasaría a su cuerpo.
Después de algunas sesiones de quimioterapia y una operación quirúrgica, Cheyann estaba irreconocible:
"Mi vida cambió tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de asimilarlo. Recuerdo que un día me vi en el espejo, como siempre lo hacía antes de la enfermedad y no me reconocí. Caí al suelo y me puse a llorar como niña, pensé que mi vida había acabado" - Comentó Cheyann durante una entrevista.
"Afortunadamente, gracias al amor de Dios y mi familia, entendí que todo el músculo y toda la belleza que tenía era algo superficial, lo que verdaderamente vale de mi está en mi interior y eso nunca nadie me lo podrá quitar jamás, ni todos los males del mundo"
Después de enfrentarse a su realidad y confrontarla con valentía, Cheyann decidió que no se daría por vencida. Así que primero sobrevivió a su enfermedad y después se dedicó a retomar su vida, poco a poco.
Al paso de un tiempo lo había logrado. Aún tenía que recibir quimioterapia, pero se encontraba mucho mejor de salud y de ánimo.
La historia de Cheyann nos enseña que lo más importante que tenemos en la vida es nuestra voluntad para superarnos y salir adelante, así como la importancia de no subestimar tu salud, finalmente, es lo más importante. Por favor, no te automediques, tu vida corre peligro.
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